Algunos ya los había visitado en mi etapa de ventas de Nestlé; así que cada mañana empecé a ir a ver 3 o 4 mercados en transporte público y hacerme un selfie delante de cada uno de ellos con esto recorrí de punta a punta toda la ciudad.
Una buena experiencia para conocer más a fondo la ciudad en su dia a dia.
El antiguo Mercado del Bon Pastor se construyó en el polígono del Bon Pastor, situado en el nuevo centro comercial y social del barrio. La obra de los arquitectos Enric Piqué y Antoni Canyelles se inauguró en septiembre de 1961. En cuanto a la procedencia de los primeros vendedores del mercado, hay que destacar que muchos eran del propio barrio. Algunos venían del eje comercial de las Carolines, conocido por la famosa taberna café, eje que formaban las calles de Empúries (actual calle de Claramunt), Blanes, Llívia y Puigcerdà; un ejemplo temprano del eje comercial que se constituyó entre los años 1929 y 1934.
El resto eran tenderos que utilizaban las ventanas de las casas baratas para vender o los vendedores ambulantes de pescado, fruta y verduras que, a menudo, procedían de la Barcelona vecina al barrio o de establecimientos y puestos que había en la Cooperativa (edificio al otro lado de la calle de Sant Adrià).
MERCAT DE SANT ANDREU
Nació como mercado al aire libre cuando Sant Andreu de Palomar todavía era un municipio independiente.
Está situado en la plaza del Mercadal, que se proyectó en 1850, cuando Sant Andreu de Palomar era un municipio independiente del llano de Barcelona. Aquí se inició un mercado al aire libre donde los campesinos de los alrededores y otros vendedores iban a vender sus productos. Actualmente, la mayor parte de los vendedores del mercado son descendientes de aquellos primeros comerciantes.
MERCAT DE LA GUINEGUETA
Inaugurado en 1993 después de una transformación comercial importante, sus orígenes se remontan a 1944.
Fue a mediados de la década de los cuarenta del siglo pasado, cuando el viejo mercadillo de la calle Sicília se trasladó a las instalaciones de la empresa General Motors, lugar que ocupa el actual mercado.
Uno de los mercados centenarios de la ciudad, debe su decoración modernista a Francesc Berenguer, amigo y admirador de Gaudí.
Está situado en unos terrenos del terrateniente Marc Olives, quien en el año 1831 ordenó la edificación de casas y una amplia plaza, donde en seguida se instalaron los campesinos para vender sus mercancías.
El edificio actual se inauguró en el año 1888, según proyecto del arquitecto municipal de la Villa de Gràcia, Miquel Pasqual i Tintorer. Su decoración modernista característica es obra del arquitecto Francesc Berenguer i Mestres, amigo y admirador de Gaudí.
Catalogado como monumento artístico, es uno de los mercados municipales más bonitos.
Ya había un mercado al aire libre de campesinos y pescaderos en los terrenos que el conde de Galvany cedió para que se construyera un mercado cubierto. Aunque la construcción se inició en 1868, no fue hasta 1927 que tuvo lugar la inauguración definitiva.
DIA 4 - 05/JULIOL/2019
MERCAT DE VALL D'HEBRON - LA TEIXONERA
https://www.youtube.com/watch?v=bYEhBy4e4Mo
Se inauguró al principio de la década de los cincuenta; forma parte de la hornada de mercados construidos en aquella época en un barrio donde la población crecía de manera gradual.
Construido en los años 50 del siglo pasado, el mercado se ha ido poniendo al día a través de reformas puntuales hasta que llegue el momento de su renovación definitiva.
MERCAT DE GUINARDÓ
Su inauguración data de 1954. El antiguo Mercado del Guinardó pertenece a la época de los equipamientos construidos en los años cincuenta.
Al igual que en muchos otros casos de los mercados de entonces, su construcción sustituyó un "mercadillo" instalado antiguamente en el mismo emplazamiento. La estructura y el cierre del antiguo mercado, actualmente en remodelación, eran de hormigón.
Levantado sobre lo que había sido el huerto de la rectoría de Sant Vicenç de Sarrià, es un proyecto de los arquitectos M. Coquillat y A. Calvet.
En el 1900 apareció el primer proyecto de construcción de un mercado cubierto en Sarrià, que no salió bien. Se tuvo que esperar hasta el 1909, con la apertura del paseo de la Reina Elisenda hasta Pedralbes, para que se iniciara la construcción.
La apertura de esta vía separó la parroquia Sant Vicenç de Sarrià del huerto de la rectoría, lugar donde se construyó el actual mercado después de que en el 1910 los arquitectos M. Coquillat y A. Calvet presentaran el proyecto definitivo de mercado. Se inauguró el 23 de diciembre de 1911.
Es un mercado pequeño pero con una completa oferta comercial que se edificó en 1958 en los terrenos que habían ocupado unos estudios cinematográficos.
Como el resto de mercados de esta época, se construyó para cubrir las necesidades comerciales de una zona en proceso de expansión, en este caso un barrio residencial acomodado.
El mercado se construyó en el año 1974 en el mismo lugar donde desde 1960 había instalado un mercado al aire libre de alimentación que concentraba a los compradores de esta área.
El origen del barrio de Sant Martí de Provençals se remonta a la época de los romanos y tiene actividad comercial desde entonces. El territorio de Sant Martí de Provençals se extendía a levante de la ciudad de Barcelona, desde las murallas hasta los márgenes del río Besòs y desde el mar hasta la montaña del Carmel.
Provençals proviene de la palabra latina provincialis, utilizada por los romanos para llamar a los campos situados más allá de las murallas de las ciudades.
PARADA OBLIGATORIA EN LA RAMBLA DE POBLENOU EN LA HORCHATERIA DEL TIO CHE
Es uno de los mercados centenarios de la ciudad, se construyó en unos terrenos cedidos por Joan Pla i Moreau, según un proyecto de Antoni Rovira i Trias, también responsable del Mercado de Sant Antoni.
En la zona donde se ubica el Mercado de la Concepció ya existían mercados al aire libre desde mediados de siglo XVIII, pero el mercado actualmente en funcionamiento se inauguró en 1888 y respondió a la necesidad municipal de instalar un equipamiento de este tipo ya que, en aquellos momentos, aquella zona era la más poblada de L'Eixample.
Aunque Ildefons Cerdà no había previsto allí la ubicación de un mercado, tras el traslado de la iglesia de la Concepción de Ciutat Vella a su emplazamiento actual (1871), el Ayuntamiento decidió construir uno en los terrenos que el rico abogado Joan Pla i Moreau cedió junto a la iglesia. En los terrenos que sobraron se construyó una escuela para personas ciegas, que actualmente es el Conservatorio Municipal Superior de Música, y la sede del Distrito de L'Eixample.
VISTA DESDE LA SUPERTRANSITADA CALLE ARAGÓ
Es uno de los mercados centenarios de la ciudad, nació como mercado al aire libre, con ubicación en la plaza de Sant Miquel.
De carácter especialmente marinero y pescador desde sus orígenes, inicialmente era un mercado al aire libre en la plaza de Sant Miquel.
Entró en funcionamiento en 1887, obra de Antoni Rovira i Trias, hecho que lo coloca en el grup de mercados centenarios de la ciudad.
Los bombardeos de la Guerra Civil Española lo afectaron de manera destacada, y obligaron reconstruir la cubierta en 1939.
El primer mercado cubierto de Barcelona luce, a raíz de la reciente remodelación, una cubierta que ya se ha convertido en un icono de la ciudad.
En el lugar que hoy ocupa el mercado estaban la iglesia y el convento de Santa Caterina, de la orden Dominicana o de los Predicadores. Terminada en el 1268, fue la primera iglesia gótica de la ciudad y una pieza destacada de un conjunto conventual donde también lucían el exquisito claustro del s. XIV, una rica biblioteca y un campanario de cuarenta metros de altura con un agudo pináculo terminal que lo distinguía de los otros campanarios de Barcelona. Sant Ramon de Penyafort fue un habitante ilustre y durante unos años también acogió las reuniones del Consell de Cent.
El convento y la iglesia de Santa Caterina fueron destruidos durante la quema de conventos del 25 de julio de 1835, y la municipalidad aprovechó el espacio que había dejado libre para construir un mercado. Las obras se empezaron en el 1844, después de que un real decreto concediera al Ayuntamiento de Barcelona los antiguos terrenos eclesiásticos para proceder a su edificación, estipulando que tenía que llevar el nombre de plaza-mercado de Isabel II. La tradición popular, sin embargo, ignoró la orden real y ha persistido en denominar el mercado con el nombre del convento y la iglesia.
A pesar de las tribulaciones que afrontaban la municipalidad de Barcelona y el representante local de la monarquía, el mercado empezó a funcionar a título provisional. En el 1848 tuvo lugar la inauguración de la cubierta de hierro y el cierre perimetral, hecho que lo convirtió en el primer mercado cubierto de la ciudad.
En el siglo XX, durante la posguerra, Santa Caterina fue centro de abastecimiento de la población de los pueblos y ciudades de los alrededores: Sant Adrià, Badalona, Santa Coloma, el Masnou, Mataró...
Desde enero del 2001 luce una emblemática cubierta, fruto del proyecto de remodelación de Enric Miralles, que lo ha convertido en uno de los iconos de la ciudad.
Idéntico al Mercado de la Concepció, el de Hostafrancs abastecía a los trabajadores de las antiguas fábricas existentes en los alrededores.
En los terrenos que hoy ocupa el mercado había una fábrica de ladrillos. Se inauguró en 1888, el mismo año que el Mercado de la Concepció, del cual es gemelo, y el año de la primera Exposición Universal que tuvo lugar en Barcelona. Antiguamente, a este mercado solían ir a comprar los trabajadores de las numerosas fábricas que había en los alrededores. El cierre de la mayor parte de estas fábricas se vio reflejado en la actividad de un mercado que, hasta la década de 1960, tenía los puestos de madera.
Esbozado por el propio Cerdà, es uno de los más grandes de Barcelona porque, de hecho, contiene tres mercados en uno: el alimenticio, los Encants y el Dominical.
Los orígenes de uno de los mercados municipales más grandes de Barcelona es un mercado al aire libre situado delante de la puerta de Sant Antoni de la antigua muralla de la ciudad, en un lugar muy transitado y propicio al comercio.
Se empezó a construir en el 1872, pocos años después del derribo de las murallas y fue el primer mercado de Barcelona construido fuera de murallas.
Esbozado por el propio Ildefons Cerdà ya que los mercados de la Boqueria, el Born y Santa Caterina eran insuficientes para la Barcelona de finales del siglo XIX, fue proyectado por el arquitecto municipal Antoni Rovira Trias, y construido por La Maquinista Terrestre i Marítima.
Inaugurado el 1882 por el alcalde Rius i Taulet, las aceras de su perímetro y las calles de su entorno estuvieron ocupados rápidamente por los puestos de artículos no alimenticios, dando lugar a los Encants de Sant Antoni.
Los Encants fueron originados por los puestos que, a finales del siglo XIX, vendían productos textiles en la avenida del Paral·lel y se trasladaron, a principios del XX, cerca del Mercado de Sant Antoni.
Por su parte, el Dominical es una feria especializada en un determinado tipo de producto: libros, revistas, cromos, postales, películas y vídeojuegos.
Originado por un mercado al aire libre que ya funcionaba en 1893, debe su nombre a la pasión por un mascarón de proa de la hija de un tabernero.
Aunque el edificio actual se inauguró en 1933, en el lugar que hoy ocupa el mercado ya había uno al aire libre desde 1894, que dependía del municipio, entonces independiente, de Les Corts.
Primero se conocía como El Porvenir porque se encontraba en una zona muy próspera, pero por culpa de la hija de un tabernero vecino, cambió de nombre. Esta chica salió a pasear un día por la playa y se encontró un mascarón de proa de un antiguo barco con la figura de un muñeco que le gustó mucho. Tanto, que lo instaló en la entrada de la taberna de su padre, de aquí que se conociera por "la taberna del muñeco". Por extensión, el mercado, que estaba muy cerca, pasó a "del Muñeco (Ninot)".
En la actualidad, este mascarón de proa se conserva en el Museo Marítimo, pero en la entrada principal del mercado hay una reproducción del muñeco.
Ubicado en el número 215 de la Travessera de Les Corts, fue construido en 1961 allí donde había una zona de campos y cuenta con la estructura típica de los mercados que fueron edificados en torno a los años sesenta, con un tejado característico formado por diversos arcos.
Quince años después de la primera remodelación del mercado, en el año 1993, era necesario adaptar la mezcla comercial a las nuevas demandas y a los nuevos usos comerciales.
Ocupa el espacio donde se había alzado el convento de Sant Josep de las carmelitas descalzas, por eso también se conoce como el Mercat de Sant Josep.
La primera noticia del mercado de la Boqueria data de un documento del año 1217, que estipula que "un representante del rey ha concedido a un particular la propiedad de una mesa para trinchar la carne".
A finales del siglo XIII, en tiempo de Pere el Gran, se construyó la segunda muralla de la ciudad que recorría el actual paseo de la Rambla. Delante de uno de los accesos de esta muralla, el Portal de Santa Eulàlia, estaba el llamado llano de la Boqueria. Aquí venían los vendedores ambulantes y los campesinos de los alrededores para vender sus productos. En 1470, a resultas de una petición de los campesinos del Raval y de los pueblos del Baix Llobregat, se ubicó la feria de cerdos del mes de diciembre.
Pasada la Edad Media, se fueron estableciendo mercados ambulantes en varios lugares de la Rambla que, a finales del siglo XVIII, dieron lugar a un conjunto desbaratado y anárquico.
Cuando se proyectó ampliar la ciudad derribando las murallas, nació la idea de reagrupar las diferentes actividades mercantes en un sitio abrigado. El lugar escogido fue el terreno que había ocupado el convento de Sant Josep de las carmelitas descalzas, muy afectado por la quema de conventos del 25 de julio de 1835. Como se trataba de una antigua zona eclesiástica que pertenecía al terreno público desde la política de desamortización, la municipalidad decidió pedir la cesión al Estado.
Una vez terminada la demolición en 1837, las barracas de los comerciantes de la Rambla se reagruparon provisionalmente en el emplazamiento del antiguo convento. La colocación de la primera piedra del mercado, el día de Sant Josep de 1840, fue acompañada de un ritual bastante elocuente: una onza de oro y otras monedas se depositaron bajo esta primera piedra, como símbolo de la riqueza que traería el futuro mercado. Pronto se comprobó que el terreno disponible era insuficiente y la municipalidad expropió edificios contiguos.
En 1848 se construyó la actual plaza neoclásica, porticada con grandes columnas jónicas. En el interior de este recinto, en el que toldos de tela formaban techo, se construyeron 68 puestos. En las Navidades de 1871 se inauguró la iluminación de gas, y en 1914 la empresa La Maquinista Terrestre y Marítima construyó el techo metálico que recubre actualmente el mercado.
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